La Universidad del CEMA realizó un estudio a nivel local con el objetivo principal de relevar percepciones con relación a la nueva modalidad de trabajo en la situación de pandemia, bajo la dirección académica del profesor Fernando Troilo, especialista en recursos humanos.
El estudio, realizado de manera on-line entre los meses de agosto y septiembre de 2020, comprendió 871 respuestas de personas mayores de 18 años que actualmente teletrabajan en Argentina.
Como resultados,
sólo el 6% de las personas habían teletrabajado más de 3 días a la semana con anterioridad a la pandemia. Un 32% no había teletrabajado antes y el 62% restante lo había hecho solo algunos días a la semana o en ocasiones especiales.
En cuanto a las horas dedicadas al teletrabajo un 48% lo hace más de 8 horas diarias, lo que se ve acentuado en perfiles de mandos medios y directivos, y en personas entre 41 y 55 años, con 2 horas en promedio fuera del horario regular de trabajo.
Un 59% de las personas percibe que la organización para la cual trabaja le facilita las herramientas necesarias para hacerlo, mientras que un 20% se muestra en desacuerdo un 21% mantiene una mirada neutral.
En relación con las competencias necesarias para teletrabajar, un 87% se perciben a sí mismos con las habilidades requeridas para hacerlo. Sin embargo, del estudio se desprenden algunas barreras percibidas al trabajar desde los hogares.
Las interrupciones familiares es el principal inconveniente según las personas que teletrabajan, seguido por las condiciones de conectividad y los espacios físicos inadecuados.
Por otra parte, 52% de las personas sienten tener problemas para separar los tiempos personales y laborales, especialmente las mujeres y aquellos que tienen niños o adultos mayores a su cuidado.
Aproximadamente la mitad de las personas participantes del estudio entienden que sus relaciones tanto con pares o compañeros como con sus jefes no ha empeorado desde la situación de teletrabajo ocasionada por la pandemia. Y la mayoría cree tener en claro sus objetivos y poder progresar para alcanzarlos.
Más de la mitad de los participantes,
61% de ellos, no se sienten más cómodos o permanecen neutrales al comparar la situación actual de teletrabajo con sus lugares y modos tradicionales, mientras que un 49% percibe mayor comodidad trabajando desde sus hogares.
Finalmente, a un 84% le gustaría que sus organizaciones implementaran opciones de teletrabajo en el futuro, cuestión que resaltan quienes se encuentran en las franjas etarias entre 26 y 40 años y entre 41 y 55 años.
En cuanto a la modalidad de trabajo un 92% acuerda en preferir modos que no sean 100% teletrabajo o presencial, sino que conserven la posibilidad de optar por combinar algunos días de trabajo desde sus hogares con otros desde las oficinas tradicionales o en modalidad de coworking.
A partir de estos resultados,
Fernando Troilo señala que "para asegurar una modalidad efectiva y con impacto positivo en el nivel de compromiso de los colaboradores es imprescindible incorporar a las personas en el diseño de las experiencias de teletrabajo, desde una perspectiva que ponga en el centro las necesidades e intereses propias de los colaboradores de cada organización en particular".
Troilo también advierte que "al momento de decidir incorporar el teletrabajo a largo plazo, ya sea como nueva modalidad o ampliando sus alcances, se deben tener en cuenta varios aspectos como el acompañamiento de las personas para que aprendan a establecer rutinas, acordar pautas de trabajo en sus equipos y establecer momentos de transición entre la actividad laboral y familiar".